Principios de la centrifugación

 

Es posible que haya operado una centrífuga antes. O tal vez sea este su primer día en un nuevo trabajo en un nuevo laboratorio o instalación de ciencias de la vida. Sea cual sea el caso, puede que tenga algunas preguntas sobre las centrifugadoras y sus principios de funcionamiento.

Esperamos poder ofrecer una descripción general de los principios operativos básicos de la centrifugación. Creemos que usted será un mejor operador de centrífuga si entiende por qué las separaciones se pueden hacer usando la fuerza centrífuga.

Las centrífugas tienen tres componentes básicos:

  • Un rotor 
  • Un eje de transmisión 
  • Un motor

El rotor contiene los tubos, los frascos o las bolsas que contienen los líquidos que se van a centrifugar. En el eje de transmisión, que está conectado al motor, se pueden montar diferentes tipos y tamaños de rotores, intercambiables entre sí. El motor proporciona la energía para girar el rotor.

Por lo general, un gabinete rodea y sostiene estas partes, y también protege al operador en caso de que un tubo se rompa o cualquier parte metálica falle estando la centrífuga en funcionamiento. Los controles de funcionamiento y los diales de indicación de velocidad y tiempo están montados en el gabinete. La mayoría de las centrífugas cuentan con un sistema de freno para detener el rotor poco después de haber finalizado la operación.

A diferencia de los frenos mecánicos de un coche, la acción de frenado es eléctrica, que se logra simplemente invirtiendo la corriente del motor. Muchas centrífugas también están refrigeradas para evitar que las delicadas muestras biológicas se calienten.

Existen dos configuraciones de centrífuga: modelo de suelo y de sobremesa. La diferencia entre ambos es básicamente de capacidad; sus principios operativos son los mismos.